¡Nuevo post en nuestro blog! Como has leído en el título, hoy hablamos de la estrecha relación entre el Vino y la madera. ¿Quieres saber más y conocer todos los detalles? ¡A seguir leyendo tras el salto!
Aunque no lo creas, el envejecimiento de los Vinos en madera es bastante reciente. El comienzo de esta tendencia se encuentra en el transporte marítimo, pues se descubrió que durante esos viajes el Vino mejoraba tras tenerlos en una barrica.
Durante el envejecimiento en madera se producen fenómenos como la modificación del color. En este sentido, la microoxigenación que se produce a través de la madera oxida los taninos y otros polifenoles y hace que los tonos rojos vivos evolucionen hacia colores anaranjados. A este proceso se le llama polimerización. En los Vinos jóvenes, los taninos (amarillos) y los antocianos (rojos) están libres. El envejecimiento en madera hace que se acoplen uno al otro y mejoren recíprocamente: el rojo de antociano torna a castaño que junto al amarillo del tanino produce el característico matiz anaranjado. Así se produce una estabilización del color.
Por otro lado, el sabor áspero del tanino se atenúa y desaparece. Igualmente se produce una lenta desaparición de las catequinas y procianidinas poco condensadas, y la formación de taninos de alto peso molecular.
Hablando de los aromas, el envejecimiento en barrica hace que desaparezcan parte de los aromas primarios (frutas, flores, verdes) para que aparezca el bouquet de crianza en barrica. El otro bouquet será el que se produzca en la prolongación de su crianza en botella.
Finalmente, hablando del sabor, la crianza modifica la astringencia y el amargor, cede cierto protagonismo a una cierta finura y complejidad.
Fuente: Vinetur
