Floración de la vid – Lágrimas de alegría

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El mundo se ha parado. Nos ahogamos bajo el manto protector de nuestro hogar y esperamos a que llegue el día en que volvamos a salir a la calle. Pero ¿volverá todo a ser como antes? La incertidumbre nos agobia. Lloramos por los que ya no están. Pero, en estos tiempos de confinamiento, no todas las lágrimas son de tristeza. Y es que la vida sigue y la viña también llora, pero llora de alegría, llora, porque vuelve a la vida, vuelve la floración de la vid.

Tras el frío del invierno, en el que la planta se sumerge en un profundo letargo, llega al fin la primavera. Con la subida de las temperaturas, la planta revive y vuelve el ciclo vegetativo de la vid. Este nuevo ciclo de la vid comienza en la profundidad de la tierra, en las raíces de la cepa, con la absorción de nutrientes y humedad. La savia, que es la sangre de la planta, vuelve a recorrer su interior y brota en forma de lloro para cicatrizar las heridas de la poda, pero este lloro no debilita a las cepas, las hace fuertes. Es el comienzo de la floración de la vid.

floración vid

La poda: el origen de un nuevo resurgir

Durante el invierno tuvo lugar la poda, época en la que nuestros viñedos se tiñen de tristeza por las pocas horas de luz y las bajas temperaturas. Los troncos desnudos aguardan impacientes la llegada de la primavera y, con ella, el renacer de la floración de la vid. Con el origen de cada ciclo, comienza una nueva vida para la vid.

El ciclo vegetativo de la vid comienza con la poda, es la fase crucial para reconducir nuestras vides y con ello definir nuestra futura producción. El lloro de la vid dependerá de la eficacia de la poda y de haberla hecho en el momento perfecto.

El objetivo de la poda es, además de favorecer la regeneración de la planta, reducir la cantidad y longitud de los sarmientos para focalizar los esfuerzos de la cepa en la producción de fruta de calidad.

Hay distintos tipos de poda, dependiendo de la edad de la planta, para determinar su formación, y cuando ya está formada, para controlar su producción.

La poda es un trabajo preciso y manual que requiere de mucha experiencia además de resistencia física. Como bien dice el refrán: cada maestrillo tiene su librillo ynuestros viticultores son muy particulares a la hora de llevar a cabo esta necesaria mutilación. Es un trabajo que pocos delegan porque aquí se juegan el futuro de su viñedo, el desarrollo de la planta y la calidad de su fruto y consecuentemente, de nuestros vinos.

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La floración de la vid da paso a un nuevo comienzo

Cuando llega la primavera la naturaleza renace y vuelve el ciclo de la vid de la planta, la savia fluye, y en forma de sustancia gomosa cubre las heridas de la poda para favorecer su cicatrización, a la vez que protege a la planta de posibles plagas. A veces, las cepas lloran más de una semana y cada planta puede llegar a derramar varios litros de savia.

El lloro de la vid cesará cuando la savia recubra y cure todas las cicatrices que dejó el invierno a su paso, cuando esto suceda supondrá el despertar del ciclo vegetativo de la vid. Comenzará la brotación de la planta, es decir, la floración de la vid. Las yemas se hinchan y se alargan para dar paso a un nuevo brote. Poco a poco las hojas se irán abriendo paso entre las heridas de la vid y en un abrir y cerrar de ojos, nos encontraremos de nuevo ante la imponente imagen de la floración de la vid, tendremos ante nosotros el resurgir de la naturaleza.

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Aunque hay que tener en cuenta, que no todas las yemas de la planta brotan al mismo tiempo y no todas las cepas despiertan a la vez de su letargo. Los inviernos muy fríos y las primaveras húmedas pueden causar la brotación temprana y uniforme, pero además, hay que tener en cuenta otros factores que afectarán a la floración de la vid como son la variedad y el microclima del viñedo, la altitud, la orientación y exposición solar.

La floración de la vid traerá consigo nuevos frutos y nuestros viñedos nos brindan de nuevo la oportunidad de crear nuestros mejores vinos de Utiel Requena, en cierta forma también supone el resurgir del Grupo Coviñas.

El ciclo de la vid continúa, y aunque el camino puede ser arduo y lleno de dificultades, no todas las lágrimas derramadas serán de tristeza, también se derramarán lágrimas de alegría. Llegará un momento que nosotros, al igual que la vid, nos emocionaremos al retomar nuestras vidas, por nuestro resurgir.

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