Maridajes, ¿al pescado también le va un vino tinto?

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El maridaje, ese mundo que pensamos que nos queda muy lejos, pero no. A la hora de maridar comida y vino está todo escrito, y a la misma vez no hay nada. ¿Qué queremos decir con esto? Que el vino blanco para el pescado está muy bien, sí, que armoniza y acompaña a la perfección, pero que también hay mundo más allá del típico maridaje.

Antes de descubriros diferentes maridajes debemos definir el término. ¿Qué significa maridar?  El arte de maridar consiste en encontrar ese equilibrio adecuado entre el vino y los platos que acompaña, consiguiendo que la unión enriquezca las sensaciones agradables en el paladar. Para ello es importante tener en cuenta:

  • La contundencia de las materias primas utilizadas para la elaboración del plato, así como la intensidad de los sabores de las mismas.
  • El cuerpo e intensidad del vino, definidos por diversos factores como la variedad de uva utilizada en su elaboración o el tiempo de maduración, entre otros.

Otra definición más de estar por casa sería: Maridar consiste en que comida y vino, al juntarlos, se hagan aún mejores. Lo que estés comiendo y lo que estés bebiendo deben realzarse mutuamente, ambos están ahí para ser mejores juntos. El error del maridaje se produce cuando un plato es demasiado contundente en sabor y el vino es demasiado sutil. Ambos tienen que estar a la par. Y, recuerda, pese a todo el mejor maridaje es el que a ti más te guste.

 

Dicho esto ahí van nuestras propuestas para vivir una mayor experiencia gastronómica estos días de estar en casa:

 

-Aperitivos: Tanto los vinos espumosos como los vinos rosados son siempre una gran  opción dada su gran versatilidad. Nuestro cavas DOP Utiel Requena como la gama  A” o los Enterizo así como los rosados de las gamas AULA y  Al Vent  son el acompañamiento perfecto para empezar una comida o cena (sí, también puedes seguir toda la comida con ellos, ¡faltaría más!.

-Mariscos y pescados:  La apuesta clásica es un buen vino blanco pero en ocasiones quizá te sorprenda saber que es mucho mejor un tinto. Si optas por un pescado azul de sabor intenso como el salmón o el atún, es conveniente maridarlo con un vino tinto. Nosotros te sugerimos nuestro Aula Bobal Tempranillo, un vino joven lleno de matices frutales que combinará a la perfección con este tipo de platos. Deja el vino blanco para los mariscos y pescados suaves; caso en el cual buscaremos un vino con buena acidez, fresco, con cierta salinidad, como nuestro Aula Verdejo, ideal para resaltar esos sabores a mar.

Para productos como clóchinas, langostinos o gambas, una apuesta segura sería nuestro Al Vent Sauvignon Blanc un vino fresco con buena acidez que ensalza los sabores delicados.

En cambio, para las ostras o almejas, nosotros sugerimos un buen cava como es el Aula Brut Nature. La mezcla de las burbujas con la textura sedosa y fresca de estos bivalvos, ya sea crudos o al vapor, hacen de esta combinación todo un acierto.

Un arroz con bogavante es un plato de sabores más intensos y podría maridar a la perfección con un vino rosado, como nuestro clásico Enterizo Rosado, para así lograr el contraste de sabores entre la potencia del guiso y la acidez y el aroma del caldo. Si no te has atrevido nunca a prepararlo te dejamos el link a esta receta del chef 3 estrellas Michelín, Dani García,  pinchando aquí.

-Carnes: en el caso de aves y carnes blancas puedes elegir entre blancos y tintos, ambos pueden ser un buen acompañante. El maridaje va a depender en gran medida de la salsa que acompañe a la carne pues esta será la que determine la intensidad de sabores del plato. Las carnes rojas nos piden vinos de mayor intensidad y carga tánica. A nosotros nos encanta esta receta de solomillo Wellington de karlos Arguiñano (ver aquí) que te recomendamos maridar con Adnos, un excelente Bobal de viñas viejas considerado por Juan Fernandez Cuesta, crítico de vinos del diario ABC, como «un tinto grande en casi todos los sentidos, noble, muy amable, sabroso y goloso.»

Postres: para cerrar la velada, se nos ocurren varias opciones. Si el postre es a base de chocolate puro podemos armonizarlo con un tinto con cuerpo (además tanto el chocolate como el vino tinto contienen una sustancia en común, el resveratrol, un antioxidante maravilloso para rejuvenecer células). Debe de ser un tinto maduro con el que quizá hayamos terminado la comida, un vino largo para terminar de beber relajadamente con ese chocolate o, por qué no, una buena tabla de quesos (seguiríamos con Adnos, un vino más complejo con una crianza más larga en roble francés que le aporta ese tanino maduro).

Otra opción es terminar como empezamos, con un cava bien fresco para refrescar lo que hemos comido.

Si necesitas más consejos sobre maridar comida y vino echa un ojo a nuestro post sobre maridajes de vinos en el cual encontrarás ejemplos de algunos de nuestros mejores vinos junto a sus maridajes perfectos.

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