Aromas del vino: 3 tipos que debes conocer

Blog

¿Eres de los que creen que la primera impresión es la que cuenta? Si algo está claro es que causarla es importante, y en el caso del vino más. Hoy desde Grupo Coviñas venimos a hablarte de esa carta de presentación característica del vino que le ayuda a dar una buena primera impresión: los aromas del vino. Afina tu sentido olfativo y prepárate para descubrir todo lo que el aroma del vino puede llegar a transmitirte.

Aromas del vino

El aroma del vino es lo primero que identificamos, actuando como carta de presentación del caldo. En un vino se pueden llegar a reconocer hasta 800 aromas, pero a nivel práctico se pueden concretar en 54 fácilmente reconocibles (una vez se adquiere un poco de práctica en el arte de catar vino). Sin embargo, aunque existen vinos con un aroma concreto muy definido, un vino no suele caracterizarse por un único aroma.

No solo cumple la función de carta de presentación, sino que el aroma del vino también permite tener una primera toma de contacto con su personalidad. Permitiendo conocer algunos de sus aspectos fundamentales como de qué está compuesto o cómo ha sido su crianza.

aromas del vino

Si eres uno de los que quiere adentrarse en el mundo de los aromas del vino prepárate, entrenar y educar tu nariz tiene que convertirse en una prioridad. Olerlo será lo que más información te aportará sobre el carácter del vino, más incluso que al probarlo. 

Hay que diferenciar dos aspectos cuando hablamos de la personalidad olfativa de un vino: el aroma del vino hace referencia a todas las impresiones olfativas que tenemos de él cuando lo olemos, mientras que el olor del vino se refiere a aquellas notas negativas que podemos denotar gracias al olerlo. 

¿De dónde vienen los aromas del vino?

Ciertos aromas están presentes en la propia uva, antes de convertirse en mosto, mientras que otros proceden del proceso de transformación en vino. Además, también existen distintas prácticas enológicas que permiten modificar o potenciar los aromas del vino. En términos generales, los aromas del vino pueden proceder de:

  • El terruño (la cepa, el suelo sobre el cual crece la viña, el clima, etc.).
  • La añada.
  • Las prácticas de cultivo (poda, vendimia, labranza, etc.).
  • Las prácticas de bodega.
  • La crianza.

Sin embargo, muchos de los compuestos que actúan sobre el aroma del vino son no olorosos y por tanto no volátiles, pero aun así condicionan el aroma. A estos compuestos se les denomina precursores del aroma. El precursor es una molécula soluble en agua la cual, gracias a una reacción química, libera el aroma. A estos precursores que se originan durante la maduración de la uva se les suma los que se generan durante la fermentación y, más adelante, la crianza.

Tipos

aromas del vino

¿De qué aromas se compone un vino? Incluso el vino más sencillo cuenta con tres capas aromáticas que nos permitirán obtener toda la información necesaria sobre el carácter del mismo.

1.   Aromas primarios

Son los propios de la cepa, de la variedad de uva con la que se ha elaborado, y vienen condicionados por factores como dónde está cultivada la vid, el tipo de suelo e incluso el clima, entre otros. Se obtienen vía nasal. Se desprenden de la superficie del vino, aumentando si lo agitamos.

Entre estos aromas encontramos un enorme abanico  de aromas: violetas o remero para las notas florales, laurel o setas en lo que a vegetales respecta, manzana o ciruela si el vino es frutal, pimienta o nuez moscada cuando se trata de uno especiado e incluso petróleo cuando cuenta con un perfil más mineral.

2.  Aromas secundarios

Proceden del proceso de fermentación alcohólica y posterior fermentación maloláctica del vino, y suelen variar en función de las levaduras empleadas y de las condiciones en las que se lleva a cabo la fermentación. Se obtienen vía retronasal. Se desprenden al contacto con la lengua y al agitarlo en boca, al aumentar la temperatura del vino.

Las notas de fermentación las identificamos por aromas de panadería como el de miga de pan. De la transformación del ácido málico en láctico surgen aromas a lácteos como el de la mantequilla. Y el carácter amílico en aromas que nos recordarán al plátano o al caramelo.

3.  Aromas terciarios

Son aquellos aromas del vino que ha ido adquiriendo durante su proceso de crianza, ya sea en barrica o en su posterior maduración en botella. El tratamiento de la madera y su grado de tostado genera una serie de moléculas de aromas que se difunden en el vino durante la crianza. Al igual que los aromas secundarios, se obtienen por vía retronasal.

Entre estos aromas encontramos aromas balsámicos, de madera, de frutos secos y también a cuero o café entre otros.

¿Preparado para poner en práctica todo lo aprendido sobre los aromas del vino? Echa un vistazo a nuestro amplio catálogo y hazlo con uno de nuestros vinos de Utiel-Requena. ¿Eres de vino tinto? No dudes en leer este post en el cual conocerás algunos de nuestros mejores vinos tintos.

Desde nuestras bodegas continuaremos dándote los mejores consejos sobre el apasionante mundo del vino. ¡Suscríbete a nuestra newsletter para no perderte ninguno!

Comparte el artículo

aromas del vinofermentación malolácticagrupo coviñasvinovinos utiel-requena
Entrada anterior
Tipos de botellas de vino – Descubre sus principales diferencias
Entrada siguiente
Tipos de vino tinto: ¿los conoces todos?